La periodista de viajes Lisa Abend ha decidido dar un giro a su manera de recorrer el mundo. Después de años viajando con aplicaciones y mapas en el teléfono, Lisa ha optado por viajar sin internet. ¿Por qué lo hace? ¿Cómo logra conectarse con las culturas de una forma más auténtica? Te lo contamos.
El punto de inflexión: dejar atrás el wifi y las apps
Durante años, Lisa Abend dependió de las aplicaciones de viaje para planificar cada detalle. Desde buscar restaurantes hasta descubrir rutas turísticas, la tecnología guiaba cada paso. Pero llegó un momento en el que se dio cuenta de que, al seguir todos esos itinerarios, estaba perdiendo la esencia de lo que significa viajar.
«Me di cuenta de que mis viajes se sentían demasiado planificados. Siempre estaba siguiendo recomendaciones de aplicaciones, sin sorpresas, sin dejarme llevar por el momento. Sentí que había perdido la magia de viajar», explica Lisa.
Romper con la rutina digital
Lisa decidió entonces desconectar. ¿Cómo? Simplemente, dejando atrás el móvil. Sin aplicaciones, sin mapas, sin internet. Lo que al principio parecía un reto, pronto se convirtió en una liberación.
«La sensación de no tener que estar buscando constantemente qué hacer me ha permitido descubrir la ciudad de una manera mucho más auténtica. Ahora pido un mapa en la oficina de turismo y me guío por mis propios intereses y curiosidad», cuenta Lisa Abend.
La sorpresa de lo inesperado
Una de las mayores sorpresas que ha experimentado Lisa es el valor de lo inesperado. Al no estar constantemente mirando el móvil para verificar opiniones o reservar actividades, ha comenzado a descubrir lugares por pura intuición. La magia de perderse en una ciudad ha vuelto a estar presente.
«La última vez que estuve en Hamburgo, me encontré con una procesión de graduados. No tenía ni idea de que eso iba a suceder, ¡y fue una de las experiencias más auténticas del viaje!» comenta. Para Lisa, esta espontaneidad es lo que da valor a cada viaje.
Menos tecnología, más conexión
Aunque al principio le costó perderse sin tener acceso constante a internet, Lisa asegura que la desconexión le ha permitido conectarse más profundamente con las personas locales.
«Antes, dependía de las reseñas de internet para decidir a qué restaurante ir. Ahora pregunto a los locales, y eso me ha dado la oportunidad de conocer lugares mucho más auténticos y disfrutar de experiencias genuinas», añade Lisa Abend.
Un nuevo enfoque de viajar
El objetivo de Lisa Abend es claro: viajar de forma más libre, sin estar atada a la tecnología. Los viajes deben ser una oportunidad para vivir el momento, sin guías digitales que nos dicten qué hacer.
«Lo que más disfruto ahora es poder vivir en el presente, sin depender de las recomendaciones virtuales. Es increíble cómo algo tan simple como no estar conectada te hace más receptiva a lo que está sucediendo a tu alrededor», concluye Lisa.
¿Es este el futuro del turismo?
Aunque la desconexión total no es para todos, el enfoque de Lisa ha abierto una reflexión sobre el turismo actual. La tecnología ha transformado la forma en que viajamos, pero quizá es momento de volver a lo básico y disfrutar de los viajes sin la constante interferencia de internet.
Lisa comparte su experiencia y reflexiones a través de su boletín The Unplugged Traveler, invitando a otros a vivir una experiencia de viaje más real, más humana y, sobre todo, más libre.
Viajar sin internet no es solo una tendencia, sino una forma de redescubrir el mundo de manera más auténtica. Lisa Abend ha demostrado que, a veces, las mejores aventuras ocurren cuando no buscamos todo en una pantalla, sino cuando nos dejamos sorprender por lo que nos rodea.