Un pasaporte arrugado por la humedad, una portada rasgada o incluso un café derramado pueden convertirse en tu peor pesadilla justo antes de viajar. Aunque parezca un detalle menor, cualquier daño puede invalidar este documento y dejarte tirado en el aeropuerto. Si te ha pasado o quieres evitar problemas, aquí tienes todo lo que necesitas saber para salir del apuro.
¿Cuándo se considera que un pasaporte está dañado?
Vale, tu pasaporte no tiene que estar como recién salido de la oficina, pero tampoco puede parecer que ha sobrevivido a un festival de música. La clave está en el daño visible. Si tiene un simple desgaste por abrirlo y cerrarlo mil veces, no pasa nada. Sin embargo, puede ser rechazado si presenta alguno de estos problemas:
- Roturas o perforaciones en las páginas o la portada.
- Daños por agua: si las páginas están arrugadas o deformadas, olvídate de usarlo.
- Marcas raras o pegatinas: ni los niños ni los sellos decorativos son bienvenidos aquí.
- El chip está dañado: ese pequeño componente electrónico en tu pasaporte es más importante de lo que crees.
- La portada está suelta: sin ella, tu pasaporte está oficialmente inválido.
¿Un consejo? No intentes arreglarlo tú mismo con cinta adhesiva, pegamento o cualquier otro invento casero. Aparte de que te podrían denegar el embarque, arreglarlo de forma casera lo invalidará directamente según la ley.
¿Cómo reemplazar tu pasaporte si está dañado?
Si estás en España, tendrás que pedir un nuevo pasaporte, y no hay atajos: toca hacerlo en persona. Dirígete a una oficina de expedición de pasaportes con:
- Tu DNI.
- Una foto reciente (asegúrate de cumplir con los requisitos).
- El pasaporte dañado.
- Dinero para la tasa, que ronda los 30 €.
¿El daño te ha pillado fuera de España? Entonces toca ir al consulado o embajada más cercana. El proceso es similar, pero suelen ser bastante rápidos si necesitas viajar urgentemente. Por lo general, puedes pedir cita online para agilizar el trámite.
Consejos para evitar sustos con tu pasaporte
Como dicen, más vale prevenir que curar. Mantén tu pasaporte protegido y listo para tus aventuras con estos tips:
- Guárdalo siempre en el mismo lugar dentro de tu mochila o bolso, así no se pierde ni se aplasta.
- Usa una funda protectora, que no solo es práctica sino que además puede ser un accesorio bonito (y útil).
- Líquidos y pasaporte no se mezclan: si vas a la playa o zonas húmedas, mete tu pasaporte en una bolsa impermeable.
- Ojo con niños y mascotas: los adoramos, pero no son muy cuidadosos con documentos importantes.
Cuida tu pasaporte como el tesoro que es. No solo te abre puertas al mundo, también te ahorra muchos dolores de cabeza. Así que la próxima vez que lo guardes, hazlo con cariño. 😉