El Ayuntamiento de Sevilla ha dado luz verde a una nueva ordenanza que limitará el número de viviendas de uso turístico en la ciudad. Esta normativa establece que en cada barrio no más del 10% de las viviendas podrán dedicarse al alquiler vacacional.
Además, este porcentaje podría reducirse en futuras revisiones, dependiendo de las particularidades sociales y patrimoniales de cada zona.
La medida busca frenar la proliferación de pisos turísticos en áreas de alta saturación, como el centro histórico o Triana, donde la convivencia entre turistas y residentes ha generado tensiones en los últimos años.

Sanciones para quienes incumplan
Entre las sanciones incluidas, destaca la corte de suministro de agua para aquellas viviendas turísticas que operen de manera ilegal. Esta medida pretende hacer frente al creciente número de alojamientos no regulados que alteran la dinámica residencial de la ciudad.
Reacciones encontradas
El concejal de Urbanismo, Juan de la Rosa Bonsón, destacó que la normativa es un paso necesario para equilibrar el desarrollo turístico con la calidad de vida de los vecinos: «Nuestro objetivo es compatibilizar el turismo, que es un motor importante, con la tranquilidad de nuestros barrios».
Por su parte, la Asociación de Hoteles de Sevilla y Provincia (AHS) ha recibido la noticia con entusiasmo. Manuel Cornax, presidente de la AHS, señaló que esta decisión «marca un hito» en la regulación del sector y ayudará a preservar el tejido urbano mientras se asegura una oferta turística de calidad.
Cifras que preocupan
Actualmente, Sevilla cuenta con 9.695 viviendas de uso turístico registradas oficialmente. Con el límite del 10%, la normativa permitiría un máximo de 32.400 viviendas de este tipo, lo que significa un posible aumento de 22.705 unidades más respecto a la oferta actual.
Aunque esta cifra ha generado debate, las autoridades insisten en que este número está sujeto a revisión constante para ajustarse a las necesidades de la ciudad y de sus residentes.