Denuncias del sindicato de controladores aéreos USCA
El sindicato de controladores aéreos USCA ha denunciado públicamente las presiones que aerolíneas como Ryanair están ejerciendo sobre los controladores aéreos, lo que podría llegar a comprometer la seguridad de los vuelos.
Estas prácticas preocupan especialmente cuando las aerolíneas intentan influir en las decisiones técnicas que son fundamentales para mantener el orden y la seguridad en situaciones complejas.

El incidente con Ryanair en Palma
Uno de los casos más alarmantes se produjo el 15 de agosto de 2024, cuando una tormenta conocida como DANA afectó al Mediterráneo.
Durante este evento meteorológico, Ryanair criticó la decisión de los controladores de bloquear operaciones de aterrizaje en el aeropuerto de Palma de Mallorca, argumentando que las condiciones no justificaban la medida. A pesar de las advertencias de la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología) sobre la peligrosidad de las condiciones climáticas, la aerolínea intentó interferir en las decisiones de los controladores para permitir aterrizajes, ignorando los riesgos que implicaba.
La respuesta de los controladores
Los controladores aéreos afirmaron que su prioridad es siempre la seguridad de los pasajeros y del tráfico aéreo. En situaciones de condiciones climáticas extremas, como la tormenta de agosto, la suspensión temporal de operaciones es necesaria para evitar accidentes. USCA considera inaceptable que Ryanair, en lugar de seguir los protocolos de seguridad establecidos, intente modificar decisiones que se toman exclusivamente para proteger vidas humanas.
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¿Qué puede ocurrir si estas prácticas continúan?
El sindicato ha solicitado la intervención urgente de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) y el Ministerio de Transportes para evitar que estas presiones vuelvan a ocurrir. Desde la perspectiva de USCA, la injerencia de las aerolíneas podría tener graves consecuencias en la seguridad aérea si no se toman medidas inmediatas.
Esta situación refleja una tensión creciente entre las aerolíneas y los controladores aéreos, y pone en cuestión si algunas compañías están priorizando la rentabilidad sobre la seguridad de sus pasajeros.