Nueva York, la ciudad que nunca duerme, es un destino que atrae a viajeros de todas partes del mundo con su energía vibrante, su arquitectura icónica y una oferta cultural inigualable.
Pero, como sucede en cualquier gran ciudad, es fácil cometer errores que pueden arruinar tu experiencia. Por eso, aquí te contamos cuáles son los siete errores más comunes que cometen los turistas y cómo puedes evitarlos para sacar el máximo provecho a tu visita.
1. No planificar el transporte desde el aeropuerto
Llegar a Nueva York por primera vez puede ser un desafío si no tienes claro cómo llegar desde el aeropuerto a tu alojamiento.
Los principales aeropuertos son JFK, La Guardia y Newark, cada uno con opciones de transporte específicas. Aterrizar sin un plan puede resultar en un inicio estresante para tu viaje, sobre todo si acabas eligiendo taxis no oficiales que suelen cobrar tarifas excesivas.
El JFK es el más popular y tiene la mejor conectividad con Manhattan gracias al AirTrain, que se conecta con el metro. Pero cuidado, si llegas tarde por la noche, moverte con maletas por el metro puede ser agotador. Newark está en Nueva Jersey, pero tiene un buen servicio de trenes y autobuses directos a Manhattan. Por otro lado, La Guardia es más limitado en transporte público, por lo que probablemente necesites optar por un taxi o Uber.
Para evitar complicaciones, asegúrate de investigar las opciones antes de tu llegada. Si viajas en grupo, contratar un servicio de traslado privado puede resultar más económico de lo que imaginas y te ahorrará muchos dolores de cabeza.
2. Comprar entradas para miradores sin revisar el clima
Subir a un mirador como el Empire State Building, Top of the Rock o The Edge es una de las experiencias más populares entre los turistas, pero hacerlo en un día nublado puede ser una gran decepción. Las entradas para estas atracciones suelen ser caras (entre 30 y 40 dólares, aproximadamente 28-38 euros), y no poder disfrutar de las vistas por culpa del mal tiempo puede arruinar el momento.
La clave es planificar tu visita con antelación, pero siendo flexible. Consulta siempre el pronóstico del tiempo antes de comprar tus entradas. En los días despejados, las vistas son espectaculares, y podrás identificar lugares emblemáticos como Central Park, el río Hudson e incluso la Estatua de la Libertad.
Si tu presupuesto es limitado, considera adquirir un pase turístico como el New York Pass o el Sightseeing Day Pass, que incluyen el acceso a varios miradores y otras atracciones. Así, podrás decidir en el momento qué día es el más adecuado para subir.
3. No usar el metro por miedo o desconocimiento
El metro de Nueva York puede parecer intimidante al principio, con su red compleja de líneas y estaciones, pero es el medio de transporte más eficiente para moverse por la ciudad. Evitarlo y depender únicamente de taxis o Ubers puede salir muy caro y hacerte perder tiempo en el tráfico.
Un billete sencillo cuesta 2,75 dólares (2,60 euros), pero la mejor opción para turistas es comprar una MetroCard ilimitada por 7 días por 34 dólares (32 euros), que permite viajes ilimitados en metro y autobuses. Familiarízate con las diferencias entre trenes locales, que paran en todas las estaciones, y trenes exprés, que solo paran en estaciones principales.
Usa aplicaciones como Google Maps o Citymapper para planificar tus rutas, y presta atención a las direcciones: Uptown significa hacia el norte y Downtown hacia el sur. Además, evita viajar en horas punta, ya que los vagones suelen estar muy llenos. Si bien puede ser un poco caótico al principio, dominar el metro transformará tu experiencia de moverte por la ciudad.
4. Comer todos los días en restaurantes
Nueva York es un paraíso gastronómico, pero comer exclusivamente en restaurantes puede drenar tu presupuesto rápidamente. Es fácil dejarse llevar por las recomendaciones de guías turísticas y acabar gastando más de lo previsto en cada comida. Sin embargo, hay muchas formas de disfrutar de la comida neoyorquina sin gastar una fortuna.
Alterna entre restaurantes icónicos y opciones más asequibles, como los delis, donde encontrarás desayunos completos o sándwiches por menos de 5 dólares (4,75 euros). Los mercados gastronómicos, como Chelsea Market, ofrecen comida variada y de calidad a precios razonables. Si eres amante de las hamburguesas, Shake Shack es una parada obligada para disfrutar de una comida deliciosa sin gastar demasiado.
Otra opción es comprar comida en supermercados o puestos callejeros y disfrutar de un picnic en lugares emblemáticos como Central Park o Battery Park. Esto no solo te permitirá ahorrar, sino también vivir la ciudad como un local.
5. Alojarse lejos de las zonas clave
La ubicación de tu alojamiento es clave para disfrutar de Nueva York. Si eliges un lugar demasiado alejado de las principales atracciones o mal conectado por transporte público, pasarás más tiempo desplazándote que explorando. Aunque Manhattan es más caro, alojarte en esta zona puede ahorrarte complicaciones si es tu primera visita.
Si tu presupuesto es más ajustado, considera alojarte en Brooklyn o Queens, pero asegúrate de estar cerca de una estación de metro que te permita llegar fácilmente a Manhattan. Hoteles como The Pod 39 o CitizenM ofrecen habitaciones compactas pero cómodas en ubicaciones céntricas.
También puedes optar por alojamientos compartidos, como hostales o apartamentos en plataformas como Airbnb, que suelen ser más económicos y te permiten cocinar para ahorrar en comidas.
6. Ignorar las actividades gratuitas
Nueva York tiene una gran oferta de actividades gratuitas que muchos turistas desconocen. Desde paseos al aire libre hasta visitas culturales, hay mucho por hacer sin necesidad de gastar dinero. Una de las mejores opciones es caminar por The High Line, un parque elevado construido sobre una antigua vía de tren que ofrece vistas espectaculares de la ciudad.
El ferri de Staten Island es otro imprescindible, ya que es gratuito y ofrece vistas increíbles de la Estatua de la Libertad y el skyline de Manhattan. También puedes visitar lugares como el 9/11 Memorial, que es gratuito los lunes por la tarde, o disfrutar de los espectáculos callejeros en Washington Square Park.
Para los amantes de la arquitectura, el edificio Oculus es un destino imprescindible, y si te gusta la naturaleza, Little Island es un parque sobre el río Hudson que combina diseño moderno con espacios verdes.
7. Limitarse solo a Manhattan
Manhattan es el corazón de Nueva York, pero los otros distritos tienen mucho que ofrecer. Brooklyn, por ejemplo, cuenta con el icónico puente que conecta con Dumbo, un barrio lleno de galerías y cafeterías. También alberga Prospect Park, diseñado por los mismos creadores de Central Park, y Coney Island, famoso por sus playas y su parque de atracciones.
En el Bronx, puedes visitar el Jardín Botánico de Nueva York, el Zoológico del Bronx y el estadio de los Yankees, una experiencia única si eres fanático del béisbol. Queens, por su parte, es conocido por su diversidad cultural y su comida, especialmente en Flushing Meadows, donde se celebra el US Open de tenis.
Staten Island es menos turístico, pero ofrece tranquilidad y naturaleza, como los jardines de Snug Harbor y las vistas desde el Staten Island Greenbelt. Explorar estos distritos te permitirá descubrir una Nueva York diferente, lejos de las multitudes y el ritmo frenético de Manhattan.