El gobierno de Grecia ha decidido implementar un nuevo impuesto para los turistas que lleguen en crucero a las populares islas de Santorini y Mykonos. Cada crucerista deberá pagar una tasa de 20 euros, como parte de las medidas para controlar el turismo masivo y reducir la presión sobre las infraestructuras locales.
Según el primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, estas islas han experimentado una sobrecarga en sus instalaciones debido al aumento en la llegada de cruceros. Santorini, por ejemplo, ha recibido este verano una media diaria de 17.000 turistas en crucero, superando incluso a su población local, que ronda los 16.000 residentes. Esta situación ha provocado aglomeraciones y problemas como cortes en el suministro de agua en las zonas más turísticas, como Oia y Fira.
Grecia se suma a otros destinos populares y masificados por el turismo como Roma o Venecia, que ya sacan partido de una problemática como es la del turismo sin control o de masas.
¿Cómo se utilizarán los fondos recaudados?
Aunque Mitsotakis ha mencionado que parte de lo recaudado se destinará a mejorar las infraestructuras, no se ha especificado claramente cómo se gestionarán estos ingresos ni qué proyectos se financiarán con esta nueva tasa.
La decisión de Grecia sigue la tendencia de otros destinos turísticos que buscan regular el flujo de visitantes para proteger sus recursos naturales y mejorar la calidad de vida de los residentes.